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Posición de la sociedad boliviana respecto de las madres solteras y sus familias (página 2)



Partes: 1, 2

CAPÍTULO 2

DEFINICIÓN DE CONCEPTOS

1. Actitud

Una actitud se
considera como una asociación entre un objeto dado y
una evaluación
dada.

Las actitudes
están constituidas por tres componentes: un componente
cognitivo que se relaciona con creencias, percepciones acerca
del objeto de la actitud. Un componente afectivo relacionado
con el valor
positivo o negativo que le asignamos a ese objeto, y por
último un componentes conductual que se expresa en
conductas de hostilidad o apoyo con respecto al objeto de la
actitud (cf. ISLA 2006).

Las actitudes aprendidas conforman lo que llamamos
esquemas mentales, que configuran los límites
dentro de los cuales actuamos en relación a las
diferente experiencias que se nos presentan.

2. Familia.

Es dificultoso definir exactamente lo que es la familia,
y se suele emplear tal o cual concepto de
acuerdo al punto de vista e interés
de quienes investigan algún aspecto particular de la
familia. En el marco de la pedagogía familiar, elegimos la
definición dada en el módulo Introducción a la Sociología de la Familia ya que el tema
del madresolterismo se lo enfoca desde variables
sociales y culturales.

[La familia]como institución, (…) es un
subsistema dentro del sistema
mayor que es la sociedad.
[…] encontramos que ella es un grupo de
personas entrelazadas en un sistema social cuyos
vínculos se basan en relaciones de parentesco fundados
en lazos biológicos y sociales, con una función más o menos claramente
determinada en un sistema social del cual es base, y sin
cuyas orientaciones el sistema mismo no podría
funcionar. (PAEZ 1984, citado por Soliz 2001:22)

3. Sexualidad.

Conceptos generales

La sexualidad se cimienta en la diferencia
biológica denominada sexo: que se refiere a los
aspectos anatómicos y fisiológicos que hacen la
diferencia entre los hombres y las mujeres. El sexo
biológico es el sexo con el que hemos nacido, que se
resume a los cromosomas
sexuales, las hormonas y
los órganos sexuales masculinos y femeninos. Es
sólo una parte de la sexualidad, la que se define como
"el conjunto de maneras muy diversas por las que se relacionan
las personas como seres sexuados con otros seres también
sexuados en intercambios que, como en todo lo humano, son
acciones y
prácticas cagadas de sentido." (BARBIERI 1992, citado
por Dorado 1999:12).

La sexualidad es la
comunicación cotidiana desde el ser mujer o
desde el ser hombre, la
expresión de afectos y expectativas en relación
al otro. La sexualidad está condicionada y regulada por
la cultura de
cada sociedad, y al mismo tiempo
está fuertemente imbricada con la identidad de
cada persona, porque
no es posible tener una identidad más o menos definida y
estable -fuente básica de salud
mental- sin haber construido también una identidad
sexual: ser hombre o mujer. De este modo, la sexualidad
regulada por límites culturales, impone los
llamados:

4. Roles de género

Se construyen a partir del sexo, a lo cual se le
asigna un valor (parte afectiva de la formación de una
actitud), y que se expresan mediante la atribución de
características al varón y a la mujer, en
términos de deberes y prohibiciones. Estas atribuciones
a lo femenino y a lo masculino se repiten en los ámbitos
de la familia, de la escuela y
del trabajo.
Ahora, una categoría especial de roles son los
sexuales:

5. Roles sexuales

Se refieren a lo que deben o no deben hacer hombres y
mujeres en una sociedad, con relación a la sexualidad.
Por nuestras tradiciones -el llamado consciente colectivo- se
otorgan muchos más derechos a los hombres que
a las mujeres (cf. IDH 2004).

CAPÍTULO 3

CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LA MUJER Y SU
RELACIÓN CON LA VIOLENCIA.

  1. Concepciones sobre la mujer

Para acercarnos a la visión social sobre el
madresolterismo, necesitamos atravesar el largo camino de las
consideraciones sociales que sobre la mujer se han construido.
Como afirma Antonieta Potente "los factores que llevan a
considerar la mujer dentro de ciertos esquemas mentales o
prejuicios, tienen una historia muy larga y son
numerosos" (POTENTE 2004:33).

Siguiendo las ideas presentadas por la mencionada
autora, extraemos resumidamente los estereotipos que rodean a
la figura de la mujer y que llegan a delinear una identidad
social.

  • La mujer es un cuerpo hermoso, con el fin de incitar
    el apetito sexual. De ahí la rápida
    relación entre mujer, placer y relación
    sexual.
  • La mujer es ama de casa. La mujer que se ocupa de
    atender las necesidades de su familia en la privacidad de la
    casa. Forcano dice que "la mujer es connaturalmente el sexo
    frágil, hecha para la maternidad, el cuidado del hogar y
    de los niños, de la cocina, de los vestidos(…)
    debe ser amorosa, humilde, obediente, cuidadosa, tolerante con
    los desvaríos del marido (FORCANO 1996, citado por
    DORADO 1999:24)
  • La mujer profesional, que sin dejar de llenar las
    expectativas que le imponen los anteriores estereotipos, debe
    además ser económicamente independiente.
    (cf. POTENTE 2004:32).

El último modelo
mencionado corresponde a uno de los logros de la llamada
liberación femenina, que ha permitido a las mujeres el
acceso a la educación
superior. Desde diferentes puntos de vista y valores,
este logro se lo ve como algo positivo porque permite a las
familias contar con mayores ingresos
económicos, a las mujeres les abre las puerta para la
realización de proyectos
personales y el logro de la preciosa independencia económica – aunque es
de aclarar que el salario que
percibe una mujer es generalmente inferior al que percibe un
varón, realizando el mismo trabajo-. Desde otra
visión, el que la mujer trabaje fuera del hogar ha
influido en el rápido aumento del número de
divorcios y separaciones y al madresolterismo.

  1. La mujer en Sudamérica comparte dilemas
    similares: la alta proporción de mujeres

sin ingresos propios, las brechas de ingreso entre
hombres y mujeres y el predominio del trabajo informal entre
las jefas de hogar ocupadas, situaciones documentadas en los
informes de
los países participantes de este estudio, deben ser
motivo de preocupación.

Estos factores determinan la consideración de
las mujeres como sector vulnerable, merecedoras de políticas cuya titularidad se les concede
fundamentalmente en su condición de madres. La
autonomía personal de las
mujeres jefas de hogar, al igual que la de las mujeres que
viven en pareja, está restringida por la falta de
autonomía económica, y la exigencia de asumir las
tareas domésticas y de crianza de manera exclusiva, cuya
contraparte es la falta de co-responsabilidad paterna. Con excepción de
Ecuador,
el trabajo
reproductivo no es reconocido como trabajo en ninguno de los
países analizados. (cf. BRAVO
2003:2-3)

3. La mujer en Bolivia.

Ya acercándonos a la especificidad boliviana,
consideramos los aportes públicos de la Dra. Julieta
Montaño sobre la situación de la mujer boliviana.
Explicita que la mujer en el país ocupa una
posición en la sociedad que iguala las diferencias
económicas evidentes "al hablar de la posición de
la mujer nos referimos (…) a la valoración que tiene
como mujer (…) en la sociedad". (KUTINA 1994: 83).

Afirma que la sociedad boliviana es una sociedad
patriarcal porque esta valoración que se hace de las
mujer está por debajo de la valoración que se
hace del hombre. De acuerdo a esta autora, el argumento de la
maternidad es el más utilizado para justificar esta
desigualdad, ya que el rol reproductor le asigna a la mujer
actividades pasivas, no valoradas económicamente,
encaminadas básicamente a la atención, cuidado y educación de la familia a su cargo. El
varón, teniendo el rol de proveedor, es quien garantiza
los medios para
la supervivencia de mujer y niños, y en sus manos queda
el poder
económico y político.

Por otro lado, se vienen observando modificaciones en
los roles sociales tradicionales debido a la crisis
económica que afecta directamente a la calidad de
vida de la familia. Así, rápidamente las
mujeres han dejado el techo de sus hogares para salir a buscar
ingresos económicos mayoritariamente en los mercados,
como comerciantes, y ofreciendo servicios
domésticos. A pesar de que evidentemente el rol
proveedor del hombre y el rol reproductor de la mujer
están alterados, esto no cambia la valoración o
posición de la mujer boliviana en la
sociedad.

La mujer tiene que hacerse cargo, en consecuencia, de
la suma de dos jornadas laborales. La una fuera del hogar; la
otra en su interior.

Encontramos que la mujeres cumple ahora "normalmente"
un triple rol: el de madre, el de proveedora, y el de
reproductora de las necesidades de atención de la
familia.

La sociedad, respecto a estas modificaciones, sigue
sosteniendo que las mujeres "somos madres antes que mujeres,
pero cuando la crisis nos expulsa a la calle, no tiene
compasión de ese rol de madre antes de mujer, y nos
exige que seamos trabajadoras y muy buenas; además de
que seamos buenas madres, y que seamos excelentes gestoras para
la comunidad"
(KUTINA 1994: 85)

A esta posición de mujer sacrificada -o
martirizada- en la sociedad, se suma la violencia casi
sistemáticamente ejercida contra ella, ante la cual no
se le brinda casi protección, sino que, al contrario, se
le exige resignación. El sistema de leyes vigente
constituye, en este campo, otra muestra
fehaciente de la subvaloración de la mujer en Bolivia.
Cuando existen casos de violencia evidente contra una mujer, el
código penal indica que "no puede
iniciarse una acción penal cuando la lesión que
ha sido causada por un pariente, sean padres, hermanos, madres
y cuñados, etc. pero que viven bajo el mismo techo, no
haya pasado de los treinta días de impedimento". Se
entiende que con menos días de impedimento, se trata
"solamente" de un problema familiar e íntimo en el cual
ni el Estado ni
la sociedad tienen derecho a decir nada
(ibidem).

CAPÍTULO 4

LA FAMILIA , LA SEXUALIDAD Y LA MUJER EN LA
CULTURA OCCIDENTAL.

  1. Conceptos básicos.

Desarrollaremos los conceptos principales de la
cultura occidental ya que son relevantes para lograr
reflexionar sobre tema que nos ocupa, a saber: el sistema
patriarcal y el cristianismo.

1.1 El sistema patriarcal

Por patriarcado entendemos "toda organización política,
económica, religiosa y social que relaciona la idea de
autoridad y
de liderazgo
principalmente con el varón, y en la que el varón
desempeña la gran mayoría de los puestos de
autoridad y dirección" (GOLDBERG 1976:31. Citado por
Dorado 1999: 21). La realidad se codifica por símbolos masculinos, despreciando todo lo
que no tenga esta marca.

1.1.1 Características del sistema patriarcal
en relación a lo femenino

En primera instancia es muy evidente la devaluación de lo femenino, permitiendo
de un modo trágico la supervaloración de lo
masculino.

Aquí está, por consiguiente, la
definición del correcto papel que la mujer debe jugar
dentro del sistema: en el mundo patriarcal, la mujer es un ser
cuyo sentido de la vida está prediseñado con el
fin de ser un sentido para los otros.

Se impulsa la formación de una clase de
seres desintegrados a quienes les será obstaculizado el
ejercer todas sus capacidades: "El campo de la razón
(logos) ha sido apropiado por los varones mientras que el campo
de la sin-razón y el sentimiento (pathos), al que se
adscribe el amor, el
erotismo y la sexualidad, ha sido dejado a las mujeres"(SIDLER
1987, citado por Sevilla 2001).

Otra característica del patriarcado es la
invisibilización de lo femenino. Resulta curioso y
también demostrativo que la palabra hombre se
identifique con la palabra humanidad. Este simple lenguaje
empleado ya en niveles escolares, produce una fuerte marca
negativa en quienes pertenecen al sexo femenino, que de entrada
no son humanas.

También está aquél rasgo
patriarcal que otorga beneficios al varón, culpando a la
mujer por los tropiezos de él. Por ejemplo, es usual que
un hombre se lance a buscar experiencias extramatrimoniales
porque su esposa "no lo comprende", y la sociedad no lo juzga a
él, sino a la mujer que causa infelicidad, y desde luego
a la mujer que se permite relaciones con un hombre
casado.

1.1.2 El varón y el ejercicio de la
violencia

Todas estas construcciones se apoyan en dos ejes
conceptuales: estructuración de jerarquías y
discriminación de lo "diferente"
.
Según las conocidas investigaciones
acerca de los parámetros culturales de la "normalidad",
la misma se define coincidente con la descripción del varón adulto
fuerte, heterosexual, atractivo, no sentimental, proveedor,
agresivo, sin miedo a los riesgos,
naturalmente potenciado para ser sexualmente muy activo
(véase el por qué de la usual preocupación
por el tamaño y funcionalidad correctos del miembro
viril). Pero este sistema también significa una presión
enorme par el varón, porque se ve obligado a probar su
hombría una y otra vez tanto a hombres como a mujeres, y
en rigor a la verdad, muchos son los que no llenan los
requisitos del modelo de masculinidad que el patriarcado
exige.

Por lo tanto, la violencia dirigida hacia
niños, mujeres, ancianos, minorías sexuales o
étnicas, sectores sociales empobrecidos, tiende a
justificarse como un modo de ejercer control
sobre todo aquello que se aparte del paradigma
vigente o que amenace sus bases, tal como Miguel Ramos ha
podido constatar, " la violencia física y sexual son
como "un grito desesperado" de los hombres por mantener el
control". (Citado por ROSS 2004: 7).

El control sobre el otro es la forma exitosa de
ejercicio del poder. El análisis del discurso de
quienes ejercen diversas formas de violencia (y también
del de muchas víctimas de violencia) permite entender
que la mayor parte de las conductas violentas tienen como meta
ejercer control sobre la conducta del
otro y se justifican mediante objetivos
tales como "disciplinar", "educar", "hacer entrar en razones",
"poner límites", "proteger", "tranquilizar",
etc.

1.2 El cristianismo

El conjunto de doctrinas religiosas apoyadas en la
figura de Cristo, que ingresó junto a los colonizadores
españoles. Famosa es la figura de la conquista "con la
espada en una mano y con la Biblia en la otra".

La religión
católica es la religión oficial en el país
y es históricamente influyente en el comportamiento de la población. Y es la agencia de socialización transmisora por excelencia
de los códigos morales vigentes: qué se permite y
qué se prohibe, qué es bueno y qué es
malo.

Consideramos oportuna la nota histórica hallada
que asevera "la palabra Adán no es un nombre propio,
sino que viene del hebreo Adán-Adama, que quiere decir
Tierra"
(DORADO 1999). La interpretación androcéntrica que
se hace de la Biblia ha servido de justificación para
proclamar que la mujer debe estar al servicio y
sometida al poder del hombre, porque es voluntad de Dios. Y es
cierto que hay pasajes bíblicos abiertamente
androcéntricos, que corresponden a un pueblo y a una
época determinadas. El pretender generalizar y validar
unos enunciados tan específicos, ha significado una
suerte de malinterpretación y peor divulgación de
la palabra de Dios a la humanidad en su generalidad.

Cabe anotar que en relación al tema que nos
ocupa, en las sociedades
mayoritariamente católicas la discriminación se sustenta sobre el
rechazo eclesial hacia el divorcio y
las relaciones sexuales fuera del
matrimonio, por lo que, en condiciones
normales, un hogar de madre soltera es visto como manchado por
uno o varios pecados, culpando a la mujer de su propia
situación.

2. La familia

El tipo de familia que predomina en el ámbito
de las ciudades bolivianas es el tradicional, es decir, una
pareja de mujer-hombre con hijos. Es la llamada familia
nuclear, con el 53.25 % del total de familias bolivianas, y en
áreas urbanas con el 53.36% del total. (INE 2001:63). La
jefatura del hogar se le adjudica al varón en un 80% del
total de familias, resultado que puede estar influenciado por
la tradición cultural patriarcal que rige en nuestro
país, donde se considera a los hombres como jefes del
hogar independientemente sean éstos o no los principales
proveedores
de los ingresos económicos. (INE 2001:13)

La familia nuclear continúa siendo el tipo
hegemónico de la familia en la sociedad boliviana, pero
también existen nuevos arreglos familiares.

Este interés por la familia se ve claramente
estimulado por las transformaciones que sensiblemente se
observan en la perdurabilidad del vínculo matrimonial
(altas tasas de divorcios y separaciones) y la
proliferación de nuevas formas de convivencia. A pesar
de los datos de la
realidad, en el imaginario social el concepto de familia que
predomina continúa siendo el de la familia nuclear.
Esta incongruencia entre realidad e imaginario tiene
relevancia, ya que impide reconocer en su especificidad estos
nuevos arreglos familiares. Concomitantemente, asumir que hay
un sólo tipo de familia impide que las acciones
sociales y las políticas que se implantan se adecuen a
las necesidades propias de estos nuevos arreglos
familiares.(SOLIZ 2001: 69)

La entrada veloz de la mujer en el mundo del trabajo
remunerado ha comenzado a modificar el monopolio
del rol de proveedor que, a pesar de ello, aun tiene el
varón, pero de forma menos contundente. La jefatura de
los hogares bolivianos está viviendo un lento y
permanente cambio, lo
que atañe sus pros y sus contras para quienes integran
la familia.

3. La Sexualidad

La construcción de la faceta de la
sexualidad está obviamente limitada por las definiciones
de hombre y de mujer que el sistema patriarcal
promueve.

Rol de género: Se ejemplifica en la
vivencia cotidiana por situaciones repetidas en las escuelas y
los hogares. Por ejemplo, los hombres no deben llorar (es de
"maricas").Las mujeres deben cocinar y lavar y hacerse cargo de
la
educación de los niños, de forma afectiva,
cariñosa, para demostrar su feminidad (cf. IDH
2004: 11).

Según Baptista Gumucio " el hombre
latinoamericano deserta de sus funciones
familiares pues considera que esto corresponde a su mujer
".

Rol sexual: Se asignan -como se
mencionó en el apartado de las definiciones- tanto a
varones como a mujeres, y se los reproduce socialmente de
manera muy sutil. Ya en las tempranas experiencias de pareja de
los adolescente se puede observar la efectiva
internalización de los papeles que como ser sexualmente
activo debe jugar cada ser.

Es en este ámbito donde se promueven contenidos
verdaderamente lesivos a la dignidad de
los varones y de las mujeres. Por ejemplo, los chicos deben
tener varias experiencias sexuales antes de casarse. El
varón siempre debe estar dispuesto a mantener una
relación sexual genital. Las chicas deben llegar
vírgenes al matrimonio. Una
chica honesta no puede proponer un preservativo ni hablar de
relaciones
sexuales.

Estos roles asignados son a veces tan
antagónicos, que la realización de unos supone la
negación de otros. Como si el experimentar una
relación de pareja se tratara más de una batalla
en la que sólo una de las partes puede salir
vencedora.

4. La mujer

La presencia de la mujer es mucho más notoria
cuando hablamos de Violencia de Género, manera que usamos para
referimos a todas las formas mediante las cuales se intenta
perpetuar el sistema de jerarquías impuesto por la
cultura patriarcal. Esta violencia se expresa a través
de conductas y actitudes basadas en un sistema de creencias
androcéntricas, adoptando formas muy variadas. Ejemplos
de ella son todas las formas de discriminación hacia la
mujer en distintos niveles (político, institucional,
laboral), el
acoso
sexual, la violación, el tráfico de mujeres
para prostitución, la utilización del
cuerpo femenino como objeto de consumo, la
segregación basada en ideas religiosas y, por supuesto,
todas las formas de maltrato físico, psicológico,
social, sexual que sufren las mujeres en cualquier contexto
(cf. CORSI, Jorge 2001)

CAPÍTULO 5

LA FAMILIA, LA SEXUALIDAD Y LA MUJER EN LA
CULTURA ANDINA.

Recordamos que por cultura andina entendemos una
cultura dinámica que no es ni quechua ni aymara
solamente, sino en el resultado del choque entre las dos
mencionadas con la llamada cultura occidental.

  • La sexualidad

Se suele pensar que nadie es plenamente runa
(persona) mientras no llegue a formar pareja con el "otro",
varón o mujer. Es decir, la identidad sexual no se la
alcanza de forma individual, sino que depende de las
interrelaciones que se logran alcanzar con otra persona. Por
ello, existen diferencias culturales e incluso actitudinales
entre las mujeres indígenas y las mujeres mestizas. "Las
indígenas andinas no pretenden 'romper' el cerco
ideológico de la masculinidad, o generar un movimiento
de emancipación, al menos no de la forma planteada por
la mujer citadina" (OPORTO 2001:49).

La etapa de elegir una futura pareja, el llamado
enamoramiento, "va acompañado con frecuencia de cierta
violencia más aparente que real. El varón intenta
imponerse con pequeñas agresiones físicas que son
correspondidas en la misma forma por la mujer, y que suele ser
la manera como cada una de las partes expresa su afecto e
interés por la otra".(Herbas 1994:70-71. Citado por
Dorado 1999:15).

"Los padres normalmente condenan la relación de
enamoramiento entre los jóvenes, especialmente cuando se
produce el robo. Pero sólo externamente, porque
tácitamente lo consienten" (ALBÓ y MAMANI 1976:4,
citado por Dorado 1999: 6)

La afectividad y la sexualidad en el mundo andino se
manifiesta en la posesión del ser querido, como en el
robo, y quien tiene la habilidad y la audacia de poseer es el
varón. Podemos traer a colación el aforismo
aymara que escuchamos ya popularmente en la sociedad en su
generalidad: el que no es celoso y no pega, no tiene
cariño por su mujer.

En cuanto a los roles de género, el padres
Albó anota que "hay una diferenciación cada vez
mayor de roles según sexo, siendo el status del
varón es mayor al de la mujer (1976:4. Citado por Dorado
1999). Tal como Luis Oporto manifiesta, se corrobora que
según los conceptos occidentales penetran más el
orden andino, hay que reconsiderar si el principio
básico estructural de complementación se va
perdiendo. Y responde que "a medida que la modernización
y la industrialización tienen mayor impacto, el
principio de complementariedad de opuestos se desgasta"
(Cf. OPORTO 2001).

  • La familia

La familia nuclear representa el 53.09% del total de
familias del área rural.(INE 2001: 63).

En el área rural influida andina, el constituir
una familia es un hecho esencial para ser considerado adulto
dentro de la comunidad y por lo tanto miembro pleno en el
sindicato
con voz y voto ( Cf. CIDETI 1994, citado por DORADO
1999: 29).

En las estadísticas sociodemográficas se
evidencia que "en el área rural existen pocos(as)
solteros(as) con referencia al área urbana, ya que por
costumbre suelen casarse y/o unirse en concubinato
a más temprana edad" (INE 2003: 89).

La pareja hombre-mujer es la unidad básica de
la economía, de la
organización comunal y de las relaciones
sobrenaturales. Ser pareja es ser persona, ser reconocido como
jaq'i, con todos los derechos y deberes hacia la comunidad. Por
eso la palabra que define el matrimonio es jaq'ichaña:
convertirse o ser convertido en gente" (Cf. RIVERA 1990,
citada por DORADO 1999: 30).

  1. La mujer

En lo rural se valora la fecundidad como
función principal de la mujer en el proceso de
reproducción social, proyectando una
imagen
femenina que se percibe como elemento más poderoso que
el hombre en el proceso reproductor. Por ello, las relaciones
entre jóvenes de ambos sexos gozan de bastante libertad
dando lugar posteriormente a numerosos abortos, madres solteras
o concubinatos a temprana edad.

Por tanto, es también usual que se considere a
la mujer como un objeto valioso que da prestigio al
varón. En la etapa del enamoramiento ya se configuran
las bases de la distribución de poder y de liderazgo en
la pareja: "(los adultos) especialmente los de mayor edad
exigen que se produzca el robo antes del posterior pedido de
mano. De esta forma el hombre consolida y muestra
públicamente que la iniciativa de querer casarse es de
él, ya que él se la lleva a la mujer;
también la mujer lo interpreta así…". (HERBAS
1994: 72-73. Citado por DORADO 1999:33)

Ya casada, la mujer realiza trabajos no remunerados:
la producción agrícola, cuidado de
animales,
tareas domésticas.

La vida de la mujer andina colona, que ha emigrado
junto a su pareja a los llanos, varía muy poco o nada en
relación a su lugar de origen. Por ello podemos afirmar
que la mujer andina

[…] muy poco ha variado su estilo de
vida y sus posibilidades en cuanto a ser considerada con
igualdad
de derechos con relación al varón (…)cambiar
la concepción que él y su entorno social,
incluyendo sus padres, tienen de ella. Esta concepción
en la mayoría de los casos es de
minusvaloración, debido a que no es considerada en
serio como fuerza de
trabajo dentro de las labores agrícolas (SOLIZ
2001:274)

Como adultas y madres, las mujeres han venido
consolidando sus propias organizaciones.
En las asambleas de las comunidades se puede observar hoy en
día la presencia numerosa de mujeres junto a sus
esposos, o incluso ellas solas. Sin embargo, de acuerdo a una
intervención con enfoque de género realizada en
comunidades de La Paz, las mujeres identificaron que, aun
estando presentes y con la teórica capacidad de opinar y
aportar cual los varones, en los hechos sucede que pocas son
las que se atreven a tomar la palabra, ya que no están
acostumbradas. Y las que lo hacen, no son tomadas en serio.
Sienten, en consecuencia, la infructuosidad de su presencia en
los acontecimientos importantes, y siguen siendo los varones
quienes deciden (GOUMOUES 2007).

Para ellas, es difícil concebir una igualdad
con el hombre tal como se predica en la cultura más
occidentalizada del país. Responden que "no queremos ser
hombres, como mujeres estamos bien". Entonces, en el
área rural andina está fuertemente vigente la
valoración del criterio de complementariedad, tan mimado
por los teóricos de esta cultura. Desde esta
ubicación teórica las mujeres pueden comprender
que no se están dando las cosas como se supone
deberían darse, que en los hechos ellas muchas veces no
son el complemento de sus esposos ni lo son ellos de ellas,
porque no las toman en cuenta con seriedad.

CAPÍTULO 6

FAMILIAS MONOPARENTALES

  1. Definición

La Oficina de
Planificación Social y Cultural de los
Países Bajos propone la siguiente definición para
familia monoparental: "Una familia en la cual un solo
progenitor cohabita con sus hijos en un hogar, sin la presencia
de una pareja fija y en presencia de por los menos un hijo que
no ha alcanzado todavía la edad de 18 años"
(ASOCIACIÓN INTERNACIONAL por la Seguridad
Social 2003).

El concepto de familia monoparental puede ser
interpretado en un doble sentido:

  • En un sentido amplio: diversos arreglos
    familiares como por ejemplo situaciones de divorcio con
    tenencia de los hijos compartida por ambos padres, familias
    reconstituidas, familias multigeneracionales, etc.
  • En un sentido restringido: familias en las
    cuales un solo progenitor es el único el total
    responsable de los hijos.

En este ensayo
tomaremos el concepto de familia monoparental en un sentido
restringido.

  1. Los orígenes de las familias monoparentales
    pueden ser diversos: la muerte
    de uno de los padres, el divorcio o la separación de
    uno de los padres y el embarazo
    (previsto o no) de una mujer sola. Es decir, de una mujer no
    casada. Este es el grupo poblacional de nuestro
    interés. La definición y diferenciación
    exacta la tomamos de la revista
    Despertad!del 8 de octubre de 2002

    "La expresión madre soltera suele
    aludir a la mujer que ha tenido hijos sin estar casada, y
    madre sola abarca a todas aquellas mujeres
    —divorciadas, separadas, viudas o solteras— que
    crían a sus hijos solas, sin la figura de un padre en
    la casa"(Revista DESPERTAD:8 de octubre de 2002).

    El grupo poblacional de interés para
    responder al planteamiento inicial, es el de las familias
    monoparentales originadas por una mujer madre soltera
    , ya
    que las actitudes de la sociedad boliviana son diversas
    según el origen de la familia monoparental

  2. Sus orígenes
  3. En Bolivia

En el panorama boliviano, es importante hacer
hincapié en los resultados que indican que existe 8.9%
de mujeres solas con hijos, en franco incremento. Ese aspecto
demuestra que existe una clara tendencia de las mujeres a
jefaturizar sus hogares y además ser responsables de sus
hijos (cf. INE 2001).

Como resume Soliz "los hogares encabezados por mujeres
van en rápido aumento y no es un fenómeno social
propio de los países en desarrollo"(SOLIZ 2001: 199).

Los hogares encabezados por mujeres son la estructura
familiar no nuclear más importante, presentando dos
tipos principales: en primer lugar, están los hogares
donde la pareja masculina está permanentemente ausente
por separación o muerte y
la mujer está legalmente sola, divorciada o viuda; en
segundo lugar, los hogares donde la pareja masculina
está temporalmente ausente debido, por ejemplo, a
migración por trabajo a largo plazo o
en calidad de
refugiado. (SOLIZ 2001: 195)

CAPÍTULO 7

MADRES SOLTERAS

  1. "Madre soltera es aquella mujer que tras
    relacionarse sexual y genitalmente por diversas
    circunstancias y motivaciones (amor,
    violación, seducción) con un varón,
    engendró y alumbró uno o más hijos sin
    establecer relaciones de convivencia o matrimonio". (TOCON
    1990, citado por DORADO 1999:35)

    (A esta definición es necesario complementar
    que también se puede ser madre soltera por
    inseminación artificial, por decisión
    propia).

  2. Definición

    En el contexto latinoamericano, los informes
    nacionales de los países seleccionados participantes
    de un estudio sobre el fenómeno del madresolterismo,
    plantean la hipótesis de que estos hogares
    unipersonales no se configuran sólo por el de la
    viudez, sino también por causas de separación,
    divorcio y probablemente por decisión de proyecto de
    vida distinto al de la familia nuclear. Bolivia reporta el
    surgimiento y crecimiento de hogares no familiares nucleares
    tanto en el área rural como en el área urbana
    (cf. BRAVO 2003).

    Ahora, como no se registra en la historia pasada,
    existe un marcado crecimiento del número de mujeres
    que deciden ser madres solteras. Favorecen a ello los
    avances
    tecnológicos en cuanto a inseminación
    artificial y también la situación
    económica independiente de sectores de mujeres que han
    accedido a educación profesional, principalmente. Esta
    nueva estrategia
    de formación de familias no es usual en Bolivia,
    aunque sí lo es un poco más en los
    países vecinos.

  3. En Latinoamérica

    Es de dejar en claro que las mujeres culturalmente
    andinas, no buscan ser madres solteras, lo cual se constituye
    en la gran diferencia respecto de las madres solteras por
    decisión -más influenciadas por la cultura
    europea- .En la situación de la mujer rural, es la
    inexperiencia y la ignorancia casi absoluta del mundo de la
    sexualidad, más la supravalorción que se hace
    del hombre, lo que le lleva a formar una unidad familiar sin
    padre.

    Y si bien "no existe un rechazo absoluto a las
    madres solteras. Son regularmente aceptadas por sus familias
    y comunidades, y el serlo, no constituye un obstáculo
    importante para un futuro matrimonio" (ALBÓ y otros
    1989, citado por DORADO 1999:36), es frecuente que la
    situación de madres solteras en la zona rural andina
    se resuelva a través de transacciones monetarias:
    media hectárea, cinco vacas de pago, por haberla
    embarazado.

    Las estadísticas muestran que en el sector de
    madres adolescentes es donde más se ve el
    "madresolterismo".

  4. En el contexto de la cultura
    andina
  5. Madres solteras por
    elección

Es innegable que desde la cultura occidental la
familia de una mujer madre soltera ofrece
características deseables, de otro modo, no sería
considerada como opción por muchas mujeres solteras que
se deciden por este modelo de familia.

En las ciudades más desarrolladas del
país, ya se puede notar la emergencia de este tipo de
familias, por elección de la mujer.

Los motivos apuntan a la devaluación del
sistema patriarcal, cuyas bases principales se han
debilitado.

  • El rol del hombre proveedor ya no es exclusivo, y es
    algo que las mujeres han descubierto recientemente empujadas
    las más de las veces por la necesidad económica,
    saliendo de sus hogares a buscar maneras de generar dinero por
    ellas mismas, dejando de cumplir el rol de mujeres amas de casa
    solamente.
  • El acceso de la mujer a la educación superior
    no sólo ha desembocado en la posibilidad de mayores
    ingresos económicos, sino que también ha influido
    en el cuestionamiento de los esquemas mentales de las propias
    mujeres. Podemos ver, por ejemplo, el fortalecimiento de los
    movimientos de reinvindicación de los derechos de las
    mujeres, las doctrinas teóricas feministas.

5. Las desventajas de las madres solteras y sus
familias.

La situación de madresolterismo implica
usualmente una situación de desprotección social
que acarrea algunas consecuencias negativas:

  • Muchos de los problemas
    más graves que presenta la situación de madre
    soltera se deben a que su vida se desarrolla en una
    situación de dependencia de otras personas:
    económica, personal, afectiva y social. Esta
    situación de dependencia la obliga en ocasiones a asumir
    situaciones de maltrato, abuso y
    explotación.
  • Ante la carga de velar sola por un hogar, hijos y
    sustento económico de la casa, las madres solteras se
    ven expuestas a mayores situaciones estresantes.
  • Los hijos son muchas veces deficientemente atendidos
    a causa de que la madre debe asumir el rol de proveedora,
    estando largos periodos de tiempo al día fuera del
    hogar, realizando un trabajo remunerado
    económicamente.
  • Los hogares de madres solteras tienden a tener un
    menor poder adquisitivo que hogares donde hay un papá
    trabajador, y sobre todo, donde ambos padres trabajan, pues en
    la mayoría de los países, los hombres son mejor
    remunerados que las mujeres.
  • De acuerdo a las teorías
    psicológicas de desarrollo infantil, puede ser
    bastante perjudicial el hecho de que los infantes crezcan sin
    la figura paterna al lado, especialmente cuando se trata de
    hijos varones. Aunque la figura paterna puede ser reemplazada
    -pero a medias- por un tío, un abuelo, etc. Los riesgos
    más frecuentemente enunciados son: Conducta desordenada
    a causa de ausencia de reglas, sentimiento de abandono,
    conducta pasiva o muy agresiva.

6. Actitudes hacia las madres solteras y sus familias
en un contexto con predominancia de la cultura
occidental.

Desde los aportes teóricos anteriores, podemos
sustentar la existencia de las siguientes actitudes:

  • La presión social que exige de las madres
    solteras la legalización de su familia y de su estado
    civil, incongruente con las expectativas y normas
    familiares tradicionales. La consecuencia posible: En el
    intento de cumplir estas exigencias, queda vulnerable a los
    requerimientos sexuales de posibles parejas, siendo posible que
    engendre nuevamente un hijo como mujer soltera.
  • La mujer madre soltera es muchas veces considerada
    como mujer de vida sexual disoluta, recibiendo el consecuente
    trato social. La consecuencia posible: El aislamiento, el
    riesgo de la
    depresión, el efecto negativo para su
    autoestima.
  • Los hijos de madres solteras sufren de una sutil
    discriminación expresada en forma de lástima,
    recibiendo el mensaje de que algo malo les pasa que los hace
    dignos de misericordia. Consecuencia posible: Baja autoestima,
    riesgo de depresión, malestar familiar.
  • Se les niega la posibilidad de recibir
    educación en ciertos establecimientos educativos en los
    que se "selecciona" a las familias que cumplen los requisitos
    exigidos, normalmente de orden religioso y legal. Consecuencia
    posible: Frustración (tanto para la madre como para los
    hijos), aprendizaje
    negativo de la situación que puede llevar a la familia
    postergar sus ambiciones y perder oportunidades beneficiosas, a
    autoestigmatizarse como parias.
  • En algunos sectores, nace una suerte de
    simpatía por las madres solteras y sus familias -ya que
    representan una especie de desafío-
    manifestándose en curiosidad y admiración.
    Consecuencia posible: sentimiento de aceptación y
    valoración propias, especialmente de parte de la
    madre.

7. Actitudes hacia las madres solteras y sus familias
en un contexto con

predominancia de la cultura andina.

Se observan específicamente las siguientes
actitudes:

  • El entorno social presiona fuertemente a la mujer a
    través de mensajes de que es "mala señal" que una
    persona no tenga pareja, de que no tiene valor personal por
    sí sola. Sin los derechos y el respeto que
    otorga el estar emparejada. Consecuencia posible: la mujer
    busca emparejarse con un hombre, quedando igualmente vulnerable
    frente a la posibilidad de engendrar otro hijo como madre
    soltera.
  • El o los hijos terminan siendo considerados, con
    frecuencia, un estorbo para que la madre pueda fundar una nueva
    familia al lado de un hombre. Consecuencia posible: se
    resienten las relaciones al interior de la familia, surge
    ambivalencia afectiva marcada. De encontrar pareja estable, es
    posible que el o los hijos de soltera, sean dejados al cuidado
    de un pariente (la familia extensa acude en su ayuda) porque la
    nueva pareja de la madre no los acepta en su hogar.
  • Existe una mayor tolerancia y
    aceptación de las madres solteras al consentir el "robo"
    de la mujer. Consecuencia posible: el ser madre soltera no es
    excesivamente traumático para la mujer, lo cual es
    beneficioso para ella y para el hijo.

CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES

En la sociedad boliviana podemos encontrar más
de una cultura, y con ello, más de una visión. Es
una ventaja si así lo queremos, tanto para pensar la
familia como a sus miembros. Para pensarnos y vernos más
humanos, con menos dogmas y más
sabiduría.

Acertamos a darnos cuenta que la realidad de los
hechos cambia más rápido que los esquemas
mentales. Hemos asistido a los cambios de rol de la mujer, a la
apertura de sus límites. Pero seguimos repitiendo que
eso no significa esta mujer liberada deje de cumplir los
anteriores roles como lo ha venido haciendo por generaciones:
de reproductora y de ama de casa. Es lógico llegar a la
conclusión de que las actitudes machistas se
están volviendo contra el hombre mismo, ya que no le
permiten participar del nuevo orden que la realidad ofrece.
¿Para qué es necesario el hombre en la familia,
si ya las mujeres se están haciendo cargo de casi todo
en ella?

Es urgente redefinir los roles ya que el varón
se está quedando, literalmente, sin roles que cumplir.
En este contexto, el machismo nacido del sistema patriarcal no
tiene cabida. Y mucho menos la violencia que intenta mantener
las cosas tal como estaban. La salida hacia el futuro no
está en retornar a la división sexual
tradicional, sino en una transformación de las
relaciones de género en el interior de la
familia.

Al final del recorrido, nos es posible adquirir un
nuevo punto de vista y dejar de pensar en el fenómeno
del madresolterismo sólo como un problema -que sí
lo es, pero no solamente- y empezar a replantear nuestros
propios esquemas mentales y actitudes respecto a las razones
que justifican que las cosas funcionen de la manera como lo
vienen haciendo hasta ahora.

Mantener la familia nuclear como modelo
ideológico puede contribuir a establecer prejuicios
sobre otros modelos de
familia (cf. SOLIZ 2001), lo cual significa
discriminación. El madresolterismo podría mirarse
como la emergencia de un nuevo modelo de familia, en cierto
modo un producto
social antes que una decisión personal. En unos casos,
porque las condiciones socioculturales han favorecido el
incremento de relaciones sexuales fuera del matrimonio con
mucha más afluencia y facilidad que hace unos pocos
años atrás. En otros casos -nos referimos a la
aparición en territorio boliviano de las madres solteras
por elección- es tal vez consecuencia de modificaciones
en las concepciones de familia, sexualidad, y principalmente de
"mujer". Quizás sea posible enfocar esta novedosa
situación como fruto de la evolución social y no como un
error.

Sin embargo, sabemos que para la mayoría de la
mujeres, el ser madres solteras produce mucho sufrimiento y
postergación, y sabemos también que esto se puede
prevenir. Las agencias de socialización han quedado
expuestas en sus fallas, y al ser partícipes de las
mismas, tenemos responsabilidad para hacer que estas fallas se
enmienden. Que la escuela eduque y no sólo repita; que
la familia se cuestione y no sólo se reproduzca; que la
religión proponga sentido, y no sólo
condene.

Las maneras de prevenir pasan inevitablemente por lo
cultural, específicamente por las actitudes que tenemos
hacia la sexualidad y toda su complejidad, por lo que anotamos
estas recomendaciones tentativas:

  • Incentivar la educación
    sexual integral en los centros educativos, que
    definitivamente no incrementa el morbo ni la precocidad sexual
    tan temidas.
  • Fomentar el desarrollo de la sexualidad en los
    individuos como parte fundamental de su madurez, fortaleciendo
    autoestima y su identidad.
  • Empezar a re-educarnos para abandonar las actitudes
    discriminatorias y desvalorizadoras ejercitadas contra la mujer
    en forma de chistes,de
    pornografía, de violencia física,
    de sobrecarga de trabajos domésticos, de
    encierro.
  • Re- educarnos también en lo referente a la
    calidad de expectativas que abrigamos del varón,
    haciendo a un lado las condenas absurdas de su emergente
    afectividad cuando es aun niño, dejando de estimular su
    morbo y apetito sexual, más al contrario enriqueciendo
    su rol de género al igual que se va enriquecido el de la
    mujer.
  • Aprender y enseñar que la violencia contra la
    mujer es producto de la cultura. Y esta característica
    de la cultura es posible cambiarla a partir de los roles de
    género.
  • Abramos los ojos y fijémonos bien que
    justamente entre las madres solteras, encontramos mujeres que
    representan la antítesis misma
    del machismo, ya que todos los días echan por tierra el
    supuesto de su incapacidad para liderar.

Madres solas las hay en el campo o en la ciudad,
aymaras, mestizas, quechuas. Aquello que hermana a las mujeres
bolivianas se hace evidente cuando se las ve fungir de madre y
padre, de ama de casa, de educadora y de proveedora, todo en
conjunto: es la enorme fortaleza que sale a relucir cuando los
hombres las han dejado, permitiéndoles realizar un gran
descubrimiento: el ser mujeres valiosas.

Ponemos punto final a estás páginas,
recogiendo el pensamiento
de alguien que ya empezó la labor de cambio:

"Si logramos que las Madres Solteras no lean su
destino sólo en clave de fracaso, sino que lo descifren
en la clave del AMOR manifestado en NUESTRO SEÑOR
JESUCRISTO, muchos bienes
vendrán para la familia, la sociedad y para la Iglesia"
(Pastoral para Grupos de
Madres Solteras . Puebla.)

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Ed. Don Bosco, La Paz

 

Por

Shirley Caballero Salonero

Bolivia, ciudad de Cochabamba, agosto del
2007

Biografía de autora

Shirley Caballero Sahonero, de profesión
psicóloga, con un diplomado en Pedagogía Familiar.
Nacida en el corazón de
América
del Sur: Bolivia, en la ciudad corazón de Bolivia:
Cochabamba. Amante de la literatura y la música, por lo cual
hace intentos más o menos decorosos de crear realidades
aún no nacidas utilizando la lengua
española. En la práctica
profesional está más inclinada por la psicología social,
sin restar importancia aunque sí algo de tiempo a la
práctica de la clínica psicológica, la
apasionante rama que en última instancia intenta echar
luces y esperanzas haciendo caminos en la misteriosa
región del alma
humana.

Partes: 1, 2
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